miércoles, 2 de diciembre de 2009

Gracias por fumar


El héroe de la historia es Nick Naylor, portavoz jefe de las grandes tabaqueras, que se gana la vida defendiendo los derechos de los fumadores y los fabricantes de tabaco en la cultura neopuritana tan en boga hoy en día. Enfrentándose a los fanáticos de la salud que desean prohibir el tabaco y a un oportunista senador que pretende poner etiquetas con la palabra veneno en las cajetillas de cigarrillos, Nick emprende una ofensiva de relaciones públicas, refutando los peligros de los cigarrillos en programas de televisión y contratando a un agente en Hollywood para que promueva el hábito de fumar en las películas.

La nueva notoriedad de Nick llama la atención tanto del mandamás de la industria tabaquera como de una reportera de investigación de un influyente diario. Nick dice que sólo está haciendo lo que debe para pagar la hipoteca, pero el creciente análisis de su hijo y una amenaza de muerte muy real podrían obligarle a ver las cosas de forma diferente.

Vivimos tiempos en los que el poder de la palabra lo es todo. Continuamente nos bombardean con mentiras que nos creemos porque nos las han contado bien o simplemente han sido amables mientras nos las decían usando bonitas palabras. La demagogia es uno de los mayores males de nuestro tiempo, por culpa de ella somos capaces de justificar asesinatos, violaciones o invasiones a un país. Un perfecto orador es el rey del mundo delante de una cámara diciendo grandes frases y poniendo pensamientos en las cabezas de los estúpidos que no saben ni quieren pensar por sí mismos. Claro que hay oradores buenos y otros malos, aquellos que dicen la verdad y aquellos que mienten. Todo esto podría ser el tema que trata ‘Gracias por Fumar’ pero enmarcado dentro de la Industria del Tabaco y su relación con las personas, con los consumidores potenciales y con los que no lo son. ¿Es bueno fumar? ¿es perjudicial para la salud? ¿dejaré que mi hijo fume? ¿demandaré a la compañía de Tabacos si descubro que tengo un cáncer por llevar toda mi vida fumando? ¿me veré mil veces ‘El Dilema’ para saber lo que tengo que hacer? Sobre estas preguntas, salvo la última por supuesto, trata esta película con toques satíricos.

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